Un método discreto reduce el esfuerzo y devuelve el aire fresco.
Sin productos corrosivos ni guantes de goma, una combinación de calor-vapor e ingredientes de despensa disuelve los depósitos. Todo ello dejando que la campana extractora haga el trabajo por ti.
La campana extractora, una trampa de grasa subestimada
En la cocina, cada cocción libera aerosoles grasos y humos. La campana los intercepta, pero sus paredes y el ventilador se cargan rápidamente. Una suciedad persistente disminuye el caudal de aire, amplifica el ruido, y permite que los vapores se redepositen en muebles y paredes. A largo plazo, la grasa endurecida actúa como un pegamento, haciendo que la limpieza sea agotadora.
Una campana saturada puede perder hasta un 30 a 40 % de su capacidad de aspiración y consumir más para un resultado menor.
Retrasar el mantenimiento no solo deja marcas en el acero inoxidable. El sobrecalentamiento del motor aumenta si el aire está obstruido, y el olor rancio se instala. De ahí el interés de un procedimiento regular, suave y rápido, sin vinagre ni lejía.
Una solución sin vinagre ni lejía
El principio se basa en el vapor caliente, potenciado por dos ingredientes básicos y económicos: limón y bicarbonato de sodio. El calor reblandece las grasas. La humedad lleva la solución a los rincones. El bicarbonato, ligeramente alcalino, ayuda a despegar la película grasa. El limón perfuma, limita los olores y deja una superficie limpia.
Cero fregado intensivo, poco olor y un coste inferior a 0,50 € por limpieza.
Los pasos, de forma sencilla
- Llenar una olla grande con agua. Añadir 1 a 2 cucharadas soperas de bicarbonato y unas gotas de jugo de limón.
- Llevar a ebullición suave. Cuanto mayor es la superficie de evaporación, más vapor alcanza la campana.
- Retirar los filtros metálicos. Reservarlos para un baño aparte.
- Colocar la olla humeante bajo la campana. Poner la aspiración a máxima potencia durante 45 a 60 minutos.
- Dejar que el vapor actúe en los conductos y bajo la visera. Dejar que las paredes absorban la humedad.
- Una vez la grasa esté reblandecida, limpiar con microfibra húmeda y una gota de lavavajillas. Aclarar, secar.
Este último paso es breve. Los depósitos se despegan sin esfuerzo, incluso alrededor de los botones y la tira LED. Las huellas desaparecen y el ruido de la campana se estabiliza gracias al flujo de aire liberado.
Preguntas frecuentes, respuestas concretas
¿Hace falta una olla grande?
Sí. Una superficie amplia de agua maximiza el vapor y cubre mejor el ancho de la campana. Sirve una olla o cacerola grande. Evitar recipientes muy estrechos.
¿Se puede sustituir el limón?
Sí, por una pizca de ácido cítrico alimentario diluido. Usar poca cantidad para no saturar el ambiente. No hace falta usar vinagre en este método.
¿Este procedimiento sustituye la limpieza manual?
Reduce el esfuerzo de forma notable. Un repaso final sigue siendo útil para recoger las grasas licuadas y dejar el acero uniforme.
¿Con qué frecuencia hacerlo?
Mensualmente si cocinas a menudo. Cada dos semanas si haces muchas frituras. Tras una comida copiosa, una pasada rápida de 20 minutos basta para evitar la acumulación.
¿Cómo tratar los filtros metálicos?
Los filtros se limpian aparte en agua muy caliente con lavavajillas y una cucharada de bicarbonato. Dejar a remojo 20 a 30 minutos, cepillar suavemente, enjuagar y secar. No echar agua hirviendo sobre aluminio sin tratar para evitar que se apague su brillo. En el lavavajillas, usar programa intensivo ocasional, solo si el fabricante lo permite.
Comparativa exprés de opciones
| Opción | Acción | Esfuerzo | Riesgos | Coste por uso |
| Vapor de limón + bicarbonato | Reblandece y despega las grasas | Bajo | Vigilar la ebullición | ~0,30 € |
| Desengrasante alcalino comercial | Disuelve rápidamente | Medio | Piel y vías respiratorias irritadas | 1 a 2 € |
| Limpiador de vapor | Limpia con chorro concentrado | Medio | Proyección de agua, salpicaduras | Coste del aparato |
| Lejía | Desinfecta, poco efecto sobre grasas | Bajo | Vapores, corrosión, uso inadecuado | ~0,10 € |
Opiniones de usuarios y efectos observados
Tutoriales con miles de visitas relatan un tiempo de limpieza reducido a la mitad. Los usuarios destacan una limpieza más rápida, mejor extracción, y olor a grasa claramente atenuado. En campanas muy sucias, dos sesiones separadas por 24 horas logran un resultado más uniforme que una sola limpieza intensiva.
En una campana de 60 cm con rendimiento de 400 m³/h, una limpieza regular acerca el rendimiento real al nominal y reduce el ruido.
Precauciones y trucos de profesional
- Apagar cualquier fuego vivo antes de colocar la olla. No dejar hervir hasta secarse nunca.
- Proteger la encimera si está cerca del vapor. Evitar superficies sensibles al calor inmediato.
- Limpiar el acero inoxidable en la dirección del cepillado para evitar microarañazos.
- No mezclar bicarbonato y agentes clorados. Enjuagar las superficies tras limpiar.
- Cambiar los filtros de carbón activo (modo recirculación) cada 3 a 6 meses según el uso.
Optimizar tiempo y consumo
Una sesión de una hora en una olla pequeña consume poco, y la campana sigue funcionando durante la limpieza. Para ahorrar más, bastan 30 a 40 minutos tras un mantenimiento reciente. En campanas muy sucias, hacer una primera pasada de 60 minutos y otra de 20 minutos la semana siguiente estabiliza el resultado.
La ventaja va más allá de lo estético. Un flujo de aire restablecido reduce la condensación en la cocina, protege pinturas y muebles, y mejora la calidad del aire interior limitando las partículas grasas en suspensión.
Usos inteligentes del bicarbonato en la cocina
Este mismo producto sirve para limpiar placas y bandejas de horno. Haz una pasta con un poco de agua, extiende, deja actuar 30 minutos y frota suavemente con esponja no abrasiva. En las rejillas del horno, baño caliente con bicarbonato y cepillo suave. En el fondo de una olla quemada, una cucharada de bicarbonato, un poco de agua, calentar unos minutos, apagar, esperar y enjuagar.
Para neutralizar los olores del frigorífico, un cuenco de bicarbonato renovado cada 2 o 3 meses limita los malos olores. En juntas ennegrecidas, una pasta espesa, dejar 10 minutos, luego aclarar, devuelve elasticidad sin blanqueo agresivo.
¿Cuándo saber que la campana necesita ayuda?
Tres señales infalibles: grasa visible bajo la visera, ruido más fuerte a la velocidad habitual, y olor a comida que persiste más de una hora. Si el vapor se queda sobre las ollas a máxima aspiración, toca limpieza. En modo recirculación, un filtro de carbón saturado llena la estancia de olores aunque las paredes estén limpias: cambiarlo devuelve eficacia.
Para profundizar
Las campanas con salida al exterior ofrecen más caudal real que en modo recirculación, pero exigen conductos limpios. Un paso de vapor en la toma de aire interna, junto con limpieza de las aspas accesibles, ayuda al motor a girar mejor. En modelos antiguos, revisar juntas y tornillos, ya que la grasa actúa como ligante y puede camuflar un aflojamiento.
¿Quieres comprobar el efecto en casa? Coloca una hoja de papel de cocina bajo la campana a 10 cm de un fuego medio. Antes de limpiar, apenas se sostiene y oscila. Tras la sesión de vapor, la aspiración la sujeta mucho más. Esta prueba sencilla da una idea de la mejora de la succión sin necesidad de instrumentos especializados.
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