El mazazo no viene de una ley sorpresa, sino del calendario fiscal y social. Nuevo tipo de retención en origen, posible cambio de tramo de la CSG, subidas en los contratos de salud y regularizaciones automáticas: el mes de septiembre actúa como un revelador. Para muchos, la línea “pensión” en el extracto bancario se reduce un escalón. No hay carta de aviso. No hay explicación clara. Simplemente una cantidad más baja, y un presupuesto que da un vuelco.
La mañana en que ocurre, no se nota nada diferente. El café humea, el sol aún no ha salido, y se abre la aplicación bancaria con el mismo gesto de siempre. Llega la transferencia y la suma no cuadra. En la pantalla, 134 € menos que en agosto. Se revisa el concepto, se relee la última carta de la caja, se revisan las notificaciones. Nada. Después se llama, y se encuentra una voz calmada que suelta un “actualización del tipo” como si diera el tiempo. Se cuelga, se hacen cuentas, se pospone un fin de semana, se retrasa una reparación. El calendario no es un detalle menor.
Por qué 134 € menos desde el 1 de septiembre
El 1 de septiembre, un engranaje cambia para todos: el nuevo tipo de retención en origen derivado de su última declaración se aplica a las pensiones. 1 de septiembre: nuevo tipo. No es una sanción, es un recálculo automático del impuesto según los ingresos declarados en primavera. Para los jubilados, este tipo se aplica a los pagos de la CNAV, los regímenes complementarios y las pensiones públicas. El ingreso no “baja” en bruto, pero el neto pagado varía. Y cuando ese nuevo tipo sube algunos puntos, el efecto es inmediato sobre la cantidad abonada.
La segunda pieza del puzle es la CSG, la CRDS y la CASA, esas contribuciones sociales que dependen de su renta fiscal de referencia del año N-2. Si su RFR supera un umbral, su tipo puede pasar de reducido a medio o incluso al máximo, y eso repercute en cada mensualidad. El ajuste se realiza el 1 de enero, pero la suma con la retención en origen de septiembre genera un efecto tijera. Para un matrimonio con una pensión conjunta de 2.800 € netos antes de las retenciones, una subida del PAS de 3 puntos y un paso de la CSG del 6,6% al 8,3% pueden suponer unos 120 a 160 € netos menos. 134 € es el promedio que más se escucha.
También está la vida alrededor de las pensiones. Las aseguradoras de salud suelen revisar sus tarifas el 1 de octubre, los contratos de electricidad pasan a nuevos precios tras escudos temporales, el IBI se mensualiza o se paga de una vez. Aislados, cada cambio parece menor. Juntos, suman. El cerebro no distingue entre una retención fiscal y una prima que sube: ve un dinero disponible que se encoge. Por eso el “-134 €” se ha convertido en símbolo. No es un decreto, es la suma de mecanismos que empiezan a hablar todos a la vez.
Acciones concretas para amortiguar el golpe
Primer reflejo, mirar ese tipo. En impots.gouv, apartado “Gestionar mi retención en origen”, se puede modificar el tipo si los ingresos realmente bajan este año respecto a los declarados. El trámite lleva diez minutos y el efecto se aplica en uno o dos meses. También se puede elegir el tipo individualizado en pareja, útil si las pensiones están desequilibradas. Y si la bajada de ingresos supera el 5 o 10%, la modificación realmente sirve de palanca de liquidez. Es burocrático, pero eficaz.
Segundo recurso, comprobar si tiene derecho al tipo reducido o a la exención de la CSG. Un simple cruce de umbral puede hacerle perder la reducción, pero lo contrario también es cierto si su RFR baja de nuevo. La casilla se juega el 1 de enero siguiente, salvo error manifiesto de la caja que puede corregirse. No olvide la Complementaria Sanitaria Solidaria para rebajar el seguro de salud, o negociar el contrato a los 12 meses. Todos hemos vivido ese momento en el que decimos “ya lo miraré el mes que viene”. Seamos sinceros: nadie lo hace a diario.
Cuente también con el calendario, porque importa tanto como las cifras. Fraccionar el IBI, mover el recibo del seguro médico al día 10 del mes, agrupar las facturas variables después del ingreso de las pensiones, son pequeños gestos que hacen la llegada de septiembre menos dura. El presupuesto respira mejor cuando las salidas importantes no llegan todas en el mismo día.
“Las pensiones no bajan sobre el papel, es el neto lo que cambia. El único antídoto inmediato es actuar sobre el tipo y el calendario”, resume un asesor de jubilación de una Carsat.
- Modificar el PAS en línea y elegir el tipo individualizado si es necesario.
- Comprobar su RFR y su tramo de CSG para el próximo año.
- Mensualizar el IBI o ajustar la fecha del recibo.
- Comparar ofertas en el seguro de salud.
- Pedir un fraccionamiento a su proveedor de energía en caso de picos.
¿Y ahora qué?
Septiembre recuerda una verdad ya casi invisible: la jubilación es un ingreso de equilibrista, atravesado por retenciones que siguen su propio ritmo. No se trata solo de porcentajes, es cuestión de tempo. Cuando el tipo cambia, la CSG sube un escalón y el seguro de salud ajusta la prima, el efecto no es teórico, es real. Afecta al carrito de la compra, al depósito, al fin de semana con los nietos. Hablar de dinero no es agradable, pero callar sale caro. Compartir trucos entre vecinos, pedir ayuda para los trámites, enseñar a los padres a modificar un tipo, ya es tomar el control. El “-134 €” se convierte así en una alerta útil, no en una fatalidad silenciosa.
Tabla de puntos clave
- Punto clave: Fecha a vigilar – Detalle: Aplicación del nuevo tipo de retención en origen el 1 de septiembre – Interés para el lector: Anticipar el importe neto abonado
- Punto clave: Mecanismo implicado – Detalle: Combinación PAS + CSG/CRDS + subidas de contratos – Interés para el lector: Entender el origen del “-134 €”
- Punto clave: Acción rápida – Detalle: Modificación del tipo, comprobación del RFR, fraccionamiento de pagos – Interés para el lector: Aliviar el presupuesto ya en el mes siguiente
FAQ :
¿A quién afecta realmente la bajada de 134 €? No a todos por igual. La cifra de 134 € ilustra una pérdida media observada cuando coinciden el nuevo tipo de retención en origen y el tramo más alto de la CSG. Los 17 millones de jubilados están expuestos al recálculo, pero el impacto varía según cada caso.
¿Por qué ocurre en septiembre y no en enero? El tipo de retención en origen derivado de su declaración se aplica de septiembre a agosto. La CSG, en cambio, tiene un ritmo fijado al 1 de enero según su RFR. Cuando entra en vigor el nuevo PAS en septiembre, el efecto destaca inmediatamente en el neto abonado.
¿Cómo reducir el impacto desde ya? Modifique su tipo de PAS si sus ingresos 2024/2025 son inferiores a los declarados. Elija tipo individualizado si es pareja. Revise los umbrales de la CSG para anticipar 2025. Negocie el seguro de salud y reparta grandes gastos.
Y si no soy contribuyente, ¿puedo perder igualmente neto? Sí, si cambia de tramo de CSG o si aumenta una prima del seguro de salud. La ausencia de IRPF no neutraliza otras retenciones sociales ni subidas de contratos.
¿Me devolverán si he pagado de más? Sí, en la regularización anual tras la declaración, o antes si corrige el tipo en la web de Hacienda. Las cajas también pueden rectificar una CSG mal aplicada, con justificantes.
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